Cuando la Dra. Alyssa Foster es tomada como rehén por un interno de la prisión, ella sabe que está en serios problemas.
No sólo porque Teague Creek está desesperado por la libertad, sino porque en el momento en que sus dedos le rozan la piel, Alyssa siente una punzada afilada de necesidad.
Un hombre con una sentencia de cadena perpetua no tiene nada que perder.
Por lo menos Teague no lo hace, hasta que en su plan de escape se desarrolla un defecto fatal: Alyssa.
En el escape de la ley y mortales agentes encubiertos, él solo puede darle mentiras, pero cada beso caliente le dice que el fuego entre ellos podría ser tan devastador como las llamas que lo cambiaron para siempre.
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