
Grant culpa a McKay por la conducta imprudente de su hijo, pero algo más impulsa su ira y sus duras palabras. McKay siente la misma química imposible. Actuar sería una locura, pero ignorarlo no hace que el dolor desaparezca. Cada vez que uno pasa en la compañía del otro es un error, cada mirada lleva palabras que no se atreverían a hablar en voz alta. Pero el control sólo puede ir tan lejos. Algo tiene que pasar y cuando finalmente lo hace, pone en marcha la bomba emocional de sufrimiento que comenzó con ese gran primer error.
0 comentarios:
Publicar un comentario
¡Hola! Gracias por tu comentario. No olvides seguirnos en facebook para enterarte de todas las novedades. Esperamos que disfrutes del blog ^.^