No es para estar celoso, apesta. No puedo controlarlo. Mi mente es una hija de puta rebelde que se pone a cargo cuando me voy a dormir. Soy sólo una chica tratando de tomar una siesta mientras mi mente decide lanzar una furia que puede hacerme aterrizar justo en cualquier parte del mundo.
La base de la Torre Eiffel.
la orilla de la costa de Irlanda.
la tercera base del Wrigley Field**.
Suena fascinante y divertido, verdad? Error. Mi no tan superpoder es impredecible, incontrolable y molesto a más no poder. También es como conocí a Nick.
No hay mal que por bien no venga. Nick es mi bien.
Nick también es extraordinario. No puede sentir miedo. Nunca lo ha sentido, nunca lo hará. Eso le sirve al ser un PJ*** en la Fuerza Aérea, uno de los trabajos más peligrosos en la milicia, pero donde no es útil es con las habilidades sociales. Nick es frío, distante y apático.
También es mi héroe. Y si es que puedo creerle, soy el de él.
Lo conocí por primera vez cuando murió y eso ni siquiera fue el momento más extraño de nuestra relación. Tampoco es este momento, aquí y ahora, atrapados juntos en una isla prisión en el Mar de Bering. Es una extraña larga historia, entre su muerte y la prisión. Una llena de ovejas, muelles, Jabberwocks y una piedra muy especial. Te la puedo contar si deseas escucharla. Tengo tiempo...
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